Es realmente interesante la manera en como
actuamos cuando nuestro trabajo, nuestra vida, nuestro día a día se convierte
en algo parecido a las imágenes que reflejan el agua tranquila de un lago,
Podemos ver nuestra imagen en la superficie pero un "poquito diferente".
Hace ya un buen tiempo, nos volvimos a reunir
algunos amigos del colegio. Esto ocurrió meses después de haber festejado
nuestras "Bodas
de Plata" en Septiembre
del año pasado.
Uno de los del grupo nos llamó a algunos de
nosotros y nos propuso un negocio, lo escuchamos con atención, se analizó la
idea y todos aceptamos. Para llevar a cabo el proyecto teníamos que formar una
empresa, lo hicimos y a parte de ser socio, tuve la "desdicha" de ser
nombrado Gerente
General y representante legal
de la misma.
Después de muchos vaivenes, marchas y
contramarchas la empresa se formó, pero es aquí que comienza la historia.
Después de haber debatido cual sería el objeto
social y algunos otros puntos importante se procedió a la elevación a Escritura
Pública. Hecho esto se tramitó el R.U.C. en las oficinas de la SUNAT y la
odisea dio inicio.
Llamé a nuestro notario para que procediera a la
legalización de nuestros libros contables, me dijo que así lo haría. Me olvidé
del trámite y la cosa siguió funcionando. Como la empresa todavía se encontraba
sin actividad debido a lo largo del proyecto previo no hubo necesidad de tener
los libros en ese momento. Pasaron 90 días de todo esto y fue en este momento
que ya eran necesarios los libros. Se los pedí a nuestro notario y me dio por
respuesta que el nombre que aparecía en Registros Públicos era correcto pero el
que aparecía en la SUNAT estaba errado.
En Registros Públicos el nombre de la empresa se
había asentado de manera correcta, de allí procedí a hacer lo propio pero los
señores de la SUNAT mas ellos habían cometido un error muy pequeño. Por
supuesto no me había percatado de ello.
Habían colocado la conjunción "y" entre
dos palabras que formaban el nombre de la empresa. Por supuesto esta letra no
debería de ir allí.
Me dirigí a las oficinas de la Sunat, ellos
después de preguntarme si era el representante Legal y comprobarlo con mi
D.N.I. me pidieron El Testimonio y la Copia Literal.
Les entregué una copia del Testimonio y una copia
de la Copia Literal. Me dijeron que la Copia literal debería de tener como
máximo 30 días, esta ya tenía 90 días. Y además me pidieron el original del
Testimonio.
Lo irrisorio de esto comienza cuando se hace un
análisis de cada uno de los documentos. La información que se presenta en el
Testimonio es identica a la que se presenta en la Copia Literal. Entonces,
¿Porqué piden ambos? Cuando realicé esta pregunta simplemente me dijeron ¡Esa es la Norma! manera común de sacar el cuerpo, por algo
que tienen miedo de responder.
Fue así que mi viaje de Herodes a Pilatos se
inició, de la Sunat a Registros Públicos de allí a la Notaría que tenía el
testimonio y de allí juntando todos los documentos regresar a la Sunat para
presentar todo aquello que me habían pedido.
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