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miércoles, 5 de junio de 2013

De Herodes a Pilatos (Primera Parte)

Es realmente interesante la manera en como actuamos cuando nuestro trabajo, nuestra vida, nuestro día a día se convierte en algo parecido a las imágenes que reflejan el agua tranquila de un lago, Podemos ver nuestra imagen en la superficie pero un "poquito diferente".

Hace ya un buen tiempo, nos volvimos a reunir algunos amigos del colegio. Esto ocurrió meses después de haber festejado nuestras "Bodas de Plata" en Septiembre del año pasado.


Uno de los del grupo nos llamó a algunos de nosotros y nos propuso un negocio, lo escuchamos con atención, se analizó la idea y todos aceptamos. Para llevar a cabo el proyecto teníamos que formar una empresa, lo hicimos y a parte de ser socio, tuve la "desdicha" de ser nombrado Gerente General y representante legal de la misma.
Después de muchos vaivenes, marchas y contramarchas la empresa se formó, pero es aquí que comienza la historia.

Después de haber debatido cual sería el objeto social y algunos otros puntos importante se procedió a la elevación a Escritura Pública. Hecho esto se tramitó el R.U.C. en las oficinas de la SUNAT y la odisea dio inicio.

Llamé a nuestro notario para que procediera a la legalización de nuestros libros contables, me dijo que así lo haría. Me olvidé del trámite y la cosa siguió funcionando. Como la empresa todavía se encontraba sin actividad debido a lo largo del proyecto previo no hubo necesidad de tener los libros en ese momento. Pasaron 90 días de todo esto y fue en este momento que ya eran necesarios los libros. Se los pedí a nuestro notario y me dio por respuesta que el nombre que aparecía en Registros Públicos era correcto pero el que aparecía en la SUNAT estaba errado.

En Registros Públicos el nombre de la empresa se había asentado de manera correcta, de allí procedí a hacer lo propio pero los señores de la SUNAT mas ellos habían cometido un error muy pequeño. Por supuesto no me había percatado de ello.

Habían colocado la conjunción "y" entre dos palabras que formaban el nombre de la empresa. Por supuesto esta letra no debería de ir allí.

Me dirigí a las oficinas de la Sunat, ellos después de preguntarme si era el representante Legal y comprobarlo con mi D.N.I. me pidieron El Testimonio y la Copia Literal.

Les entregué una copia del Testimonio y una copia de la Copia Literal. Me dijeron que la Copia literal debería de tener como máximo 30 días, esta ya tenía 90 días. Y además me pidieron el original del Testimonio.

Lo irrisorio de esto comienza cuando se hace un análisis de cada uno de los documentos. La información que se presenta en el Testimonio es identica a la que se presenta en la Copia Literal. Entonces, ¿Porqué piden ambos? Cuando realicé esta pregunta simplemente me dijeron ¡Esa es la Norma! manera común de sacar el cuerpo, por algo que tienen miedo de responder.


Fue así que mi viaje de Herodes a Pilatos se inició, de la Sunat a Registros Públicos de allí a la Notaría que tenía el testimonio y de allí juntando todos los documentos regresar a la Sunat para presentar todo aquello que me habían pedido.

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