Es el sueño de casi todo
emprendedor: Tener una idea bien simple que enseguida conquiste el mercado. Las
leyendas de los emprendedores con éxito están llenas de historias de individuos
que invirtieron todos sus ahorros para abrir un negocio en un sótano, garaje, o
en una tienda, que llegaron a tener mucho éxito. Nombres como Ford Motor
Company, Apple Computers y Performance Cycle son ejemplos de estas empresas de
carácter emprendedor, que crecieron de sus humildes comienzos hasta
posicionarse y ganar cuota de mercado en sus respectivos sectores. Harvey
Harris, tuvo este tipo de “sueños” en su compañía Grandmother Calendar Co.
La idea tras la compañía
Grandmother Calendar era sencilla. Harris distribuía calendarios personalizados
para los clientes, con dibujos o fotografías que ellos mismos traían. Los
calendarios podían incluir minuciosos collages, certificados de nacimiento,
carnets y otros papeles oficiales que eran escaneados y plasmados en el
documento final. También se podían personalizar fechas especiales dentro del
contenido del calendario. Harris ofrecía un producto de alta calidad a partir
de un precio de 20 dólares, unos 5 dólares menos que su producto rival, si bien
las características especiales incrementaban el precio.
Las tiendas de tarjetas de
felicitación, las de recuerdos, las farmacias, e incluso tiendas de moda como
Kmart, vendían el kit del Grandmother Calendar que se enviaba por correo a
clientes especiales. Este kit, incluía instrucciones para diseñar el calendario
y marcar fechas señaladas. Los clientes podían completar las instrucciones,
adjuntar fotografías, dibujos o documentos que quisieran incluir en el
calendario, y después enviar estos materiales a la sede de Grandmother Calendar
en la ciudad de Oklahoma.
Cuando se recibía un pedido de
calendario en la fábrica, las fotos, dibujos y documentos eran escaneados por
computadora, organizados y editados según la petición del cliente. A la vez se
introducían en la computadora los datos de las fechas señaladas como
aniversarios y cumpleaños. Para fabricar el calendario, las imágenes y la
información eran combinadas electrónicamente. Después el calendario era
impreso, encuadernado y enviado al cliente.
La idea era bastante simple, y
la tecnología no era excesivamente difícil de manejar… al menos no lo era en
circunstancias normales. El problema fue el éxito alcanzado y su rapidez. Una
tienda, Paragon Gifts, vendió 25,000 calendarios en seis meses. Era el triple
de lo que Harris había calculado. Según se acercaba la época de Navidad, los
pedidos llegaban más rápido de lo que podían ser atendidos. Para hacer frente a
esta cantidad de pedidos, Harrisincorporó nuevo equipo y presionó a los empleados para acelerar la
producción, pero fue un cambio pequeño y tardío. Ya en Navidad la producción
diaria de 300 calendarios quedaba muy por detrás del nivel de los 1,000 pedidos
que llegaban diariamente. Miles de encargos quedaron sin atender.
La presión de la demanda
presagiaba el comienzo de un desastre. Los equipos comenzaron a fallar por
exceso de uso, y los empleados comenzaban a cometer errores. La calidad de los
calendarios que conseguían hacer, era escasa por el color deficiente y por los
fallos de ortografía. Las tiendas que vendían los calendarios no fueron puestas al
corriente de estos problemas, y continuaban vendiéndolos a un número de
clientes no previsto. Definir la cadena de distribución producción y servicio y
por favor definir los canales de producción-distribución-servicio al cliente
asi como proveedor-empresa-cliente. Esto
incremento más los retrasos. No hay que olvidar la sensibilidad de este
producto y este mercado al tiempo de entrega. Los calendarios, especialmente
los elaborados a la medida del cliente, son artículos de regalo en Navidad y
Año Nuevo.
Las pérdidas de ventas en diciembre no suelen
recuperarse en enero, y los clientes insatisfechos no suelen tener mucha
paciencia. En diciembre, estaba claro que Harris tenía serios problemas. La
compañía escribió a los clientes intentando asegurarles que tendrían sus
calendarios pero no a tiempo para la Navidad. A finales de diciembre,
los cheques de muchos trabajadores de Grandmother eran rechazados. Finalmente a
principios de enero, la compañía cerró por completo, no por falta de clientes,
sino por la imposibilidad de atender la demanda.
Como consecuencia, los
empresarios que vendieron los calendarios intentaron cerciorarse de que las
fotos, documentos, y otros materiales eran devueltos a los clientes. La mayoría
de ellos recibieron los reembolsos del cargo básico de 20 dólares, pero los
encargos más caros por incorporar características especiales, no se
reembolsaron. Los acreedores y los proveedores, buscan en lo que queda de
Grandmother, algo de valor para satisfacer sus reclamaciones. La oficina del
Fiscal General también está investigando este fracaso.
¿Qué es lo que falló en la
compañía Grandmother Calendar? De alguna forma Harris fue víctima de su propio
éxito. Tuvo claramente una gran idea, un buen producto (al menos hasta que
llegó la cantidad de pedidos), y un buen nicho de mercado. Sin embargo, Harris
carecía de las habilidades de gestión y organización necesarias para dirigir su
empresa. No había previsto ese nivel de aceptación. Grandmother fue
infracapitalizada. La compañía carecía de los recursos para incorporar
suficiente equipo y personal para atender la avalancha de pedidos. Harris
admitió: “cometí errores, no soy abogado, ni contable, no estaba al tanto de
recibos, pagarés, y fondos. Debería haber tomado mejores decisiones”.
Comentando el fracaso de Grandmother, un antiguo empleado aludía al hecho de
que no era más que una pequeña empresa.
En Verdad,
¿Cuál fue el problema? ¿Se muere por falta de clientes o por exceso de los
mismos?
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