Esta palabra ya
suena desgastada de tanto que la decimos y de tanto escucharla. Desde niño
hemos escuchado hablar sobre el dinero sin saber que es exactamente, aunque
sabemos muchas cosas de él. En algunos casos recordamos lo que nuestros padres
nos decías sobre el dinero. Frases conocida que eran repetidas hasta el
cansancio y fueron quedando grabadas en nuestro disco duro.
Nos decían cosas
como:
"Nadie te
regala nada, hay que trabajar muy duro para conseguir lo que quieres"
"El dinero no
crece en los árboles"
"hay que
ganarse el pan con el sudor de nuestra frente"
"El tener mucho
dinero te hace ambicioso. Los ricos son personas malas"
"Soy pobre,
pero honrado", pero ¿No sería mejor ser Rico y honrado? Las cosas muchas
veces no son lo que parecen. Nuestras creencias sobre el dinero son muy
parecidas a las creencias que tenemos sobre la religión.
Nuestra creencia
sobre el dinero funciona igual, podemos seguir con la misma que aprendimos
desde niños o podemos decidir cambiarla. Por lo general lo que aprendemos sobre
el dinero cuando niños son pensamientos negativos sobre el dinero, aprendemos
que es escaso, aprendemos que es muy difícil conseguirlo, aprendemos que hay
que trabajar y trabajar muy duro por él, aprendemos que las personas con mucho
dinero son malas y esa es razón suficiente para
no tener dinero pues soy una buena persona.
Nada de esto es
cierto, sólo que nosotros lo aceptamos como tal porque quedó grabado de manera
profunda en nuestro disco duro cuando éramos muy pequeños. Es hora de formatear
la computadora y hacer que se graben nuevos programas, es hora de grabar pensamientos
de abundancia, es hora de comenzar a pensar que el dinero es bueno, que es
bueno tener mucho dinero, que es bueno no tener que trabajar mucho por el
dinero, que es mejor ser rico y honrado, a ser pobre e infeliz.
El dinero es
simplemente un instrumento que nos ayuda a acercarnos más a lo que deseamos
para nuestra felicidad.
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