Hace
ya algunos meses, fui contactado por Pedro, ¿y como fue? - Bien, una tarde
mientras estaba descansando entre clases, sonó mi celular, era un número
desconocido, digo esto, porque no aparecía en mi agenda telefónica (Que quede
claro que ni siquiera recuerdo el número del teléfono de mi casa).
Al
contestar una voz desconocida preguntó por Augusto, pregunté de parte de quien
y me dijo, soy Pablo, lo llamo porque una persona conocida mutua me proporcionó
sus datos, al comienzo me pareció un tanto extraño pero le seguí la corriente.
Entonces me dijo, me gustaría saber si usted podría dictar un curso de finanzas
familiares, fue entonces que las cosas comenzaron a tomar sentido. Le contesté
que si podría hacerlo que me diera las indicaciones correspondientes y yo
podría preparar el tema para la fecha que se indicara.
Me
dijo que me enviaría todos los datos a mi cuenta de correo, y es así que al día
siguiente todo el detalle del seminario estaba en mi cuenta de correo. Nos
pusimos de acuerdo en el pago por hora y fue así que nuestra relación
profesional comenzó.
A
estas alturas ya he dado varios seminarios en algunas empresas y para las
próximas semanas se avecinan algunas otras presentaciones, pero estas son fuera
de Lima. Hasta ahora toda la historia estaba muy bien sólo que ahora tengo que
viajar a provincias. En verdad no me molesta viajar, a decir verdad me encanta
viajar, el problema es que viajar en estos días significa que no podré estar
presente en las clases que tengo programadas para los fines de semana en mi
centro de labores.
Esto
me pone en una disyuntiva, o rechazo la oferta del seminario o me voy de viaje
dicto el seminario y recupero las horas no dictadas en otro momento. Es aquí
cuando comenzamos a hablar del costo de oportunidad. Varias veces debemos de
haber escuchado sobre esto, pero es muy poco lo que hemos logrado entender al
respecto. Cuando enseño en el curso de Economía el tema del mercado de divisas,
salta de manera importante este tema del costo de oportunidad.
Lo
explicaré con un ejemplo. Vamos a suponer que vamos a un restaurante y nos
servimos un riquísimo lomo saltado, de entrada una causa rellena y como postre
nos ofrecen un arroz con leche o una crema volteada. Debemos de decidir por
alguno de los dos postres, no podemos quedarnos con ambos. Algunos de nosotros
elegiremos el arroz con leche y los otros elegirán la crema volteada, pero si
importar que es lo que elijamos no podremos tener ambos postres.
Entonces,
lo que yo pierdo o dejo de comer al elegir el arroz con leche, es lo que
llamamos costo de oportunidad. Es decir, lo que dejamos de ganar a cambio de
ganar en otro lado o con otra cosa. Por lo tanto gano arroz con leche y pierdo
crema volteada. Este es mi costo de oportunidad.
Después
de este pequeño ejemplo podremos entender que cuando hablo de costo de
oportunidad entre ir de viaje y quedarme en Lima. Sacando cuentas si es que voy
de viaje por el mismo número de horas que dictadas tendría ingresos 3 veces
superiores ¿Qué escogerían ustedes?
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