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miércoles, 25 de diciembre de 2013

La vida me dijo, ¡Detente! No corras más.

Día 26 de Septiembre, me dirigía temprano a mi trabajo. Iba por el carril izquierdo y un yaris estaba a mi derecha, rodando por el Malecón Bertoloto a velocidad de crucero, por el Parque Media Luna, el yaris dobla a la izquierda y no hay más espacio, un frenazo y PUM, me estrellé contra su puerta trasera izquierda.

Iba bien protegido con todos mis aditamentos de seguridad, buen casco, casaca de cuero, guantes acolchados. !Pero un momento¡, me faltan las botas reforzadas. Bueno ya es muy tarde, mi pié quedó en el camino entre el auto y la moto, parece que querían estar cerquita. El dolor era tan intenso que no me dejaba pensar. Esto duró unos minutos y luego el chofer del otro vehículo se me acercó a preguntarme que había pasado, le dije me cerraste el paso, a lo que contestó , ¡Pero hice las señales direccionales para voltear! Lamentable, porque no las vi,  estaba muy adelantado y no conseguía ver la porte posterior del vehículo.

Después del golpe y la desorientación, volví en mi y comencé a hacer una revisión. Mi cabeza está en su sitio, mis brazos, mis manos, mis piernas, no hay sangre por ninguna parte, ok entonces podré levantarme. Me apoye sobre el pie izquierdo sin problemas, cuando puse el pie derecho sobre el pavimento, un dolor insoportable me invadió. Mi pié había sido el que llevó la peor parte en el impacto, quedó entre la moto y el auto y fue aplastado.

El otro chofer abrió la puerta posterior de su carro y me ayudó a sentarme, comenzó a preguntar sobre como me sentía y al decirle que me dolía el pie me hizo algunas preguntas para descartar fractura. Coincidencia era para-médico.

Fuimos a la clínica, me tomaron una placa del pié y allí estaba, ¡Una fractura! Me enyesaron y allí comenzó todo el proceso de ir a la comisaría, dosaje etílico y demás. Después de haber pasado por todas estas cosas desagradables llegó el momento de estar conmigo mismo y escuchar lo que tenía que decir.

Todo aquella mañana había pasado extremadamente rápido y tratando de correr de un lugar a otro con el pie fracturado. Pero al final todo terminó bien y pude ir a casa a descansar. Una vez acostado, el dolor comenzó a visitarme y me obligaba a tener el pie lo más alto posible. Cosa extraña la mía, en todo el tiempo que pasé enyesado solo tome dos analgésicos.

Pero bueno, ¿A que iba todo este cuento?, pues luego del encontronazo con el auto que me paró en seco la carrera, pude pensar y reflexionar sobre porque sucedió esto. Ya tengo 4 años manejando moto y nunca tuve un accidente, ni un solo raspón y de pronto esto. Entonces veamos las cosas en retrospectiva. Esa mañana había salido de casa bastante ofuscado, estaba de mal humor y había discutido. Los días anteriores también había estado discutiendo y había tenido mucha carga laboral, poco tiempo para hacer mi trabajo y muchas cosas pendientes.

Mi vida era un torbellino de sucesos y hechos interminables, cosas por hacer y nuevos requerimientos a cada momento, mi acelerador estaba casi al fondo y necesitaba aún imprimir más velocidad. Corriendo de un lugar para otro, y a cada paso algo más por hacer.

Me estaba olvidando de vivir, estaba olvidando que a la vida la hacen pequeñas cosas, que la vida se construye de momentos, que la felicidad se va armando como un LEGO, pieza por pieza. Pero yo iba tan rápido que en lugar de armar las piezas, las estaba acumulando en completo desorden unas sobre otras sin orden ni concierto.

PUM, eso duele. Fue la manera de la vida de decirme, ya para de una vez. No sigas corriendo sin ir a ninguna parte. Detente, piensa, ¿qué estas haciendo? Fue alli que me detuve y me dije, ¿a donde quiero llegar? Que hago corriendo, voy gastando mi energía y no estoy consiguiendo realmente nada. Eso en economía es lo que se llama el punto de inflexión, es el momento en que las cosas cambian, es el punto en el que se da el golpe de timón y comenzamos a mirar hacia otro lado.

Este accidente fue la manera de la vida de decirme debes de tranquilizarte y analizar si lo que estás viviendo hasta ahora es lo que realmente quieres para tu vida en el futuro. Y fue en este momento en el que me detuve pensé y elegí que es lo que quería para mi vida. Quería dejar de correr, quería dejar de perseguir aquello que no sabía ni donde estaba. Quería sentarme a pensar y sentir cada momento. Mi vida personal cambió pues no sigo más con la persona que me acompañó estos últimos años y lloré por ello, no sigo en la misma casa en la que compartí lindos momentos y sentí añoranza por eso, no duermo en la misma cama y me sentí sólo, pero al final mi vida da un giro, mis proyectos cambiaron y comencé a conocer a nuevas personas.

Y justo anoche cuando iba a casa de mis padres para la Navidad, tomé un taxi, pregunté el precio de la carrera y después de una corta negociación ya estaba montado en el  Yaris rumbo a la Noche Buena. Interesante fue la impresión que me llevé cuando al poco tiempo sin darme cuenta estaba conversando con el conductor sobre finanzas, contabilidad y reglamentación de la SUNAT, cosa rara cuando viajas en un taxi.

Pregunté entonces, me haz hablado de derecho, contabilidad y finanzas, en realidad que es lo que haces para vivir, la contestación fue bastante peculiar. Me dijo que hacía taxi para soltar el estrés. Pero que y trabajaba como consultor en contabilidad y finanzas. Me dijo que estaba estudiando su tercera carrera, derecho, pues había estudiado mecánica de estructuras, contabilidad, especialidad en finanzas y por un comentario que le había hecho su actual enamorada, se decidió a estudiar derecho y le  gustaba.

Le comenté de mis proyectos y de pronto todo tomó un sentido. Nuevo look, nuevos proyectos, nuevos amigos, nueva vida.

Sigamos adelante.  

martes, 24 de diciembre de 2013

Todo ha cambiado desde que cambie mi look. Feliz Navidad.

He venido observando diferentes cambios en mi vida desde que decidí cambiar la manera en como se me ve. Parece mentira la forma en que las personas cambian su manera de tratarte cuando cambias la forma en como te presentas al mundo.

Hay una frase que dice que una imagen vale más que mil palabras, y hasta este momento es que en realidad he podido saber que es lo que en verdad significa. Muchas veces cuando fui por la vida veía que a las personas se les trataba de manera diferente y no entendía porque.

Pero después de pesarlo bien y analizar los pormenores me di cuenta que gran parte del como te tratan depende de como te tratas tú mismo. Cuando andamos desganados, cabisbajos, deprimidos, tristes y con nuestra autoestima baja, parece mentira como las demás personas se dan cuenta de eso y pueden actuar de dos maneras diferentes.

O nos tratan de dar ánimos para que mejoremos y nos sintamos mejor o se aprovechan de nosotros por estar con las pilas bajas. Pero sin importar que hagan las personas todo comienza con nosotros mismos. Como ya dije hace varios días mi look a cambiado, he cambiado de casa, he cambiado de muebles y mi manera de ver las cosas también.

Y al parecer la manera en como me están viendo las personas también ha cambiado. Y ahora día de Navidad quiero que sea el primer día de todo lo bueno que me espera en el futuro. A todos mis amigos y gente a la que conozco les deseo lo mejor y que estas fiestas sean el preludio de todo lo bueno que tienen por recibir en sus vidas.

Una Feliz Navidad.