La siguiente lectura, es un resumen de una conversación entre dos amigos, que vivían en Babilonia hace muchísimos años, y siempre se andaban quejando de su falta de dinero. Del libro "El Hombre más Rico de Babilonia"
Deseo ser rico. Quiero poseer tierras y ganado.
Lucir bellas ropas y llenar mi bolsa de dinero.
Pero como podrías conseguirla si tú y yo somos
tan pobres como los esclavos del Rey. Todos caminan juntos del río a los
jardines y de los jardines al río, cada día de cada año. Duermen sobre paja y
comen gachas. ¡Me dan pena esos pobres animales, Kobi!
A mi también me dan pena. Pero debemos de
recordar que nosotros no estamos mucho mejor que ellos, aunque nos llamemos
libres.
Es cierto Kobi, pero no me gusta pensar en eso.
No queremos seguir viviendo como esclavos año tras año, trabajar, trabajar,
trabajar... ¡ Y no llegar a nada!
¿No deberíamos intentar averiguar como los otros
consiguieron su oro y hacer como ellos? Preguntó Kobi.
Hoy mismo – añadió Kobi- me he cruzado con
nuestro viejo amigo Arkab, que se paseaba en su carro dorado. Sí dicen que es
el hombre más rico de Babilonia – Contestó Bansir.
Tan rico que si me lo encontrara de noche estaría
tentado a vaciarle la bolsa. Añadió Bansir.
¡Eso es absurdo! - Replicó Kobi. - La fortuna de
un hombre no esta en la bolsa que lleva consigo. Una bolsa bien repleta se
vacía con rapidez si no hay una fuente de oro para alimentarla.
Los ingresos eso es lo que importa – Dijo Bansir
– Deseo una renta que continúe alimentando mi bolsa, tanto si me quedo sentado
en el muro de mi casa como si viajo a lejanos países.
Creo que enseñó su saber a su hijo Nomasir –
respondió Kobi – este se ha convertido en uno de los hombres más rico de
Nínive.
Nada cuesta pedir un sabio consejo a un viejo
amigo y Arkad siempre ha sido un amigo. ¡Ven! Vayamos a ver a Arkad y
preguntémosle como podríamos conseguir ganancias por nosotros mismos.
En lo que nos hemos propuesto triunfar, hemos
triunfado. Los Dioses estaban contentos de dejarnos continuar así. Ahora, por
fin vemos una luz tan brillante como el amanecer. Nos ordena que aprendamos más
para hacernos más prósperos. Vayamos a ver a Arkad.
Nadie puede avanzar sólo, todos necesitamos en
algún momento de la mano de alguien más.
Pero ¿Estamos listos para pedir ayuda? ¿Estamos
dispuestos a decir no sé? ¿Estamos dispuestos a romper nuestros paradigmas y
aprender?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjanos tus comentarios.