Me acuerdo que hace
ya algún tiempo, jugaba en mi computadora un video juego llamado DOOM, de
escasa riqueza gráfica, muy plano y de poca calidad en sus imágenes, pero era
adictivo, desde que salías a cada misión, sólo era cuestión de escoger tu arma e ir caminando y disparando a todo lo
que se movía y a lo que no también.
Salían zombis,
soldados enemigos, esqueletos vivientes, monstruos parecidos a gorilas, incluso
en uno de los niveles salía un monstruo muy grande y poderoso al que solo
podrías matar tomando una poción mágica, la que te daba super poderes de manera
temporal. Le disparabas y después de que le acertabas algunos tiros, el
monstruo caía y tú podías continuar. Imagínense que lo llegue a jugar hasta con
lentes de realidad virtual y le di la vuelta. Era una sensación alucinante el
sentir que podías destruir a cualquier enemigo con un poco de astucia y muchos
disparos.
Supongo que lo mismo
nos debe pasar, cuando salimos a algún
centro comercial armados con nuestras tarjetas de crédito, sentimos que somos
poderosos y podemos ir disparando por allí de tienda en tienda sin ningún control.
Utilizamos nuestras
TC como armas con las que podemos apuntar y disparar a todo aquello que se me
ocurra y esté a la venta. Las TCs son un instrumento que hace posible de hacer
realidad muchas cosas, desde tomarnos un café en un restaurante de lujo, hasta
comprarnos un carro si es que la línea nos alcanza.
Pero es aquí donde
debemos de tomar las decisiones, y estas deben de ser muy bien pensadas y
estructuradas de acuerdo a nuestra posibilidad de pagarlas. Es gracioso, acabo
de recordar que hace mucho, cuando trabajaba en ARCOR DEL PERÚ, conocí a una
persona que una vez me contó que sus hijos le decían, "Poner una tarjeta de crédito en tus
manos, es como poner un revolver en manos de un chimpancé, va pegando tiros
para cualquier lado." y creo que esa sería una buena descripción de lo que
hacemos algunos de nosotros cuando nos entregan una TC.
Yo ya he cerrado
varias tarjetas de crédito y me he quedado con tres, una de ellas es de Ripley
la misma que cerraré en cuanto termine de pagar una pequeña deuda de un video
juego que le compré a mi hijo, y la otra la cerraré porque simplemente no la
utilizo.
Si es que pensamos
que las TCs, son buenas nos equivocamos, si pensamos que las TCs son malas,
también nos equivocamos. Simplemente son lo que nosotros hacemos de ellas. A mi
parecer son igual que un revolver o una ametralladora, no es ni buena ni mala, la
diferencia está en el objetivo que se tiene al utilizarla.
Entonces, ¿qué me
dices? ¿tu ametralladora en manos de quien está?
Pienso que te estas disparando a los pies, porque tu mismo utilizas la TC, por alguna razon la utilizaste y fue una compra de un videojuego que quizas ahorrando no la podias comprar en el momento idoneo. Las tarjetas ayudan a comprar. El tema pasa por la buena utilizacion de la tarjeta, mejor es abstenerse si sabes que no puedes controlarlo, algo asi como el control remoto de la tele, si no quieres ver tv basura, cambia de canal...
ResponderEliminarEstimad@ Amig@:
EliminarDe lo que se trata en realidad es del buen uso de la tarjeta, no del no utilizarla. Si es que utilicé la TC de Ripley para comprar un video juego, no fue por no tener el dinero para pagarlo, sino para aprovechar un rebaja sustancial que se ofrecía en el precio por comprarlo con la TC, el descuento era de 45%. La verdad bastante atractivo. Además que ya tenía pensado y presupuestado comprarlo.
El usar una tarjeta de crédito no es malo, lo malo es cuando alargas los pagos de la misma ahasta la eternidad, el máximo de cuotas que debes de utilizar está entre dos y tres. No más que eso.